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Tudanca es uno de los municipios de Cantabria en los que aún se puede vivir un ambiente inmerso en las tradiciones rurales.

Situada en la parte medio-alta del valle del Nansa, donde el río se encaja formando un estrecho valle rodeado de laderas escarpadas, Tudanca es la aldea más interesante del municipio y la que en la actualidad cuenta con un mayor número de habitantes, pese a que no alcanzamos la centena. Fue declarada conjunto histórico-artístico nacional en 1983, ya que es un buen ejemplo de núcleo barroco en el que se entremezclan edificios nobles y populares.

La principal vía de acceso a la localidad es una carretera de montaña, que deberemos coger desviándonos en la autovía dirección Puentenansa hasta llegar a nuestro destino y  cuyo irregular trazado ha ayudado a que en la zona se conserven, en gran medida, las costumbres y modos de vida tradicionales, evitando además la degradación paisajística.

Veremos Tudanca a mano izquierda, enclavada en las faldas de la montaña, y su maravillosa arquitectura llamará nuestra atención ya desde la distancia. Perdiéndonos entre sus callejuelas podremos disfrutar del maravilloso uso de la piedra y sillería en sus casas rústicas y admirar el magnifico trabajo de la madera de los grandes artesanos que siempre ha habido en este valle. Las solanas, los aleros, las puertas, todo aquello que sea fruto de la madera tendrán un laborioso acabado.

En la parte más alta del pueblo destaca la conocida Casona de Tudanca, cuyo último morador fue el escritor y erudito José María de Cossío, quien al morir la donó a la Diputación Regional de Cantabria, a condición de que se permitiera su visita y se conservara como casa-museo. En los tiempos de Cossío, la casa fue centro de una notable actividad intelectual. Por ella pasaron Unamuno, Giner de los Ríos, Alberti, Gerardo Diego, etc. Convertida en museo, la Casona de Tudanca alberga una espléndida biblioteca, con más de 25.000 volúmenes entre los que destacan manuscritos de Federico García Lorca y Camilo José Cela. Y de tal manera impregnó a Pereda esta localidad, que basó su libro “Peñas Arriba” en las idas y venidas del propietario anterior a Cossio, don Francisco de la Cuesta.

En la aldea de Tudanca aún pervive la antigua costumbre de explotar los pastos en comunidad, según el ancestral “Prau Concejo”. El día de San Agustín se realiza el sorteo del prado del concejo, que se divide en lotes que se sortean entre los vecinos.

Disfrutemos, si el tiempo y las ganas acompañan, de una caminata hasta la ermita de Las Nieves, lugar de festejo el 5 de Agosto, en el que una gran cantidad de publico se desplaza hasta las campas aledañas para deleitarse de una comida campestre, en compañía de vecinos y amigos, para honrar a la patrona de la localidad.