/ 17 diciembre, 2013 / Blog, Noticias / Sin comentarios

Hace unos años descubrimos el pueblo de Tudanca. El pueblo y su gente. Al fin y al cabo el pueblo no sería nada sin lo vecinos que le dan vida. Sería un lugar bonito, rural, original, conjunto artístico histórico…pero solo un lugar. Fue la gente la que convirtió el pueblo en el que estábamos de visita, en un hogar donde vivir, inspirarnos y emocionarnos compartiendo momentos maravillosos con las fabulosas personas que había y hay en él.
Los nervios no se han quedado por el camino, pero nos han podido más las ganas. Ganas de compartir con cuantos podamos la autenticidad del mundo rural, la tranquilidad de la vida en el campo, la originalidad de una posada cálida, confortable y sostenible.
Solo pretendemos poner nuestro humilde granito de arena y devolver, aunque solo sea una pequeña parte de la satisfacción, la ilusión, la felicidad y el cariño que en este pueblo nos han aportado otras personas.